sábado, 23 de junio de 2012

MIRARTE A LOS OJOS - NACHO ALDEGUER

No sé hablar mirando los ojos.

Tengo manojos de extroversión
puedo hablar hasta por los codos
ser el mejor amigo de todos
y no fijar mi atención en vuestra belleza.

Soy demasiado flojo
¿Tengo que hablar?
No necesito entablar conversación
Chica, tengo un amigo al que le molas
mogollón y compartís canción favorita.

Quiero hablar para que te derritas
con mis rayos de emoción
pero soy demasiado flojo y
mi alborozo cae en un pozo 
si no oigo afección mientras
compongo ilusiones frente a esos ojos
donde no me atrevo a mirar
por miedo a que me mientan.

Disimulo tan bien que nadie se da cuenta
y grito, gesticulo y aunque no me pega
me hago el chulo
aún con los ojos vendados 
estaría vendido...

Tengo un amigo argentino 
que cuando leo me recuerda que estoy jodido

Mis ojos caen al suelo tras un aplauso merecido
chica quiero impresionarte de lejos 
porque de frente a frente tendré miedo
de tu mirada y conocerte
me aterrará hacer lo que más me apetece
ser un niño con mirada de bandido
por diversión.

Y quedarme en blanco o en negro
quedarme quieto.

Los ojos hablan más rápidos que el corazón
¡se adelantan a una boca que va a decir te quiero!

Pero yo no los miro
porque el síndrome de Sthendal lo llevo fatal
sabiendo todo esto solo puedo proponerme
sobreponerme a mi esclavitud mental.

Dejar de posponer mis días en el jardín 
de la felicidad que puede ser esta ciudad
dependiendo de cómo la mires.

Y dejar de fingir seguridad para empezar 
a vivir con el miedo
que es un buen amigo 
al que cada día aguanto menos.

Soy de esa clase de hombres buenos
que llevan mal que ser malo luzca tanto
y esa incoherencia que arrastramos
nos la acabamos por tragar
lo mires como lo mires
yo construyo mi hogar
y prefiero una casa pequeña
a un palacio impersonal.

Que es más bonito este juego de miradas
con la cámara que despotricar.
Oigo tan pocos poemas felices...
pero hoy tenemos narices rojas
y sonrisas que regalar
¿Como están ustedes? ¡¡Bieeeeen!!

Tenemos miradas que nos incitan a amar
tenemos chistes malos que contar
tenemos intrigas que revelar
tenemos inocencia suficiente para iluminar
cualquier estrella, inocencia para eliminar
cualquier atisbo de culpabilidad.

¡Joder chico! Tenemos de todo
y no nos hace falta de nada...