domingo, 16 de octubre de 2011

¡Viva la vida!

"De vez en cuando la vida te presenta retos y la mayor parte de las veces creerás que no puedes con esa carga que crearon tus propias pisadas, tus errores y los caprichos que tuvo el destino porque la vida pesa y pasa y a menudo tirar hacia adelante deja de ser una opción viable porque lo mejor sería morirse con tal de enviar toda esa basura contaminante a tomar viento, porque es más fácil morirse que aceptar cuan alquitranado está tu corazón, porque aceptar que estás de mierda hasta las cejas no es fácil y aún menos lo es, querer cambiarlo, sí, hablo de querer cambiar, de buscar un cambio, de buscar “El cambio” ¿Es posible el cambio? ¿Estamos condenados a ser siempre la misma persona? Hay tantas respuestas a ésta pregunta que no sabría por cual empezar pues ¿Cual debe ser la buena?  Y.. ¿Por qué ésta y no la otra?.
“Condenar a alguien a ser siempre la misma persona es cruel” fue lo que me dijo una profesora de la Universidad, y creo con cada átomo de mí ser que así es pues yo no soy la misma persona que era esta mañana cuando me levanté a las 7:30, ni mañana a estas horas seguiré siendo quien soy ahora… ¡Uff! ¡Qué lío! ¡Cuántos cambios!

Es difícil aceptarlo, pero lo veo cada día, la gente cambia para bien o para mal y el hecho de que alguien te siga decepcionando como lo hacía no significa que no haya cambiado o sin ir más lejos: que vuestra relación no haya cambiado. Porque en el fondo sois tan sumamente diferentes que ya no os conocéis el uno al otro porque hace mucho que dejasteis de ser aquellas dos personas que se conocieron hace unos años atrás y que predecían el comportamiento del otro complementándose a su manera, con sus más y sus muchos menos.
Te hablo de mirar hacia adelante,  pero sobretodo estoy hablándote de perdonar, no de perdonar a los demás o aquella persona que antaño te hizo mal, eso a veces llega a ser demasiado fácil comparado con lo que yo te estoy tratando de decir pues hablo de perdonarnos a nosotros mismos, de querernos tal y como somos, de aceptar nuestros errores y de no tener miedo a cometer más pues al final de este largo camino, no te vas a arrepentir de aquello que hiciste sino de aquello que jamás tuviste valor de hacer, y es triste pues la vida es esto: Aprender, cometiendo errores como única y exclusiva forma de crecer como persona y aquí estoy yo mirando a la cara a la vida, dispuesta a salir de ella por todo lo alto pues alguien como tú o como yo no nos merecemos menos. ¡Viva la vida!

Te quiere, tu pequeña estrella, la fuerza para seguir luchando;

Firmado:

Tu hija."

V.