lunes, 16 de mayo de 2011

My future.

Hoy es uno de esos días en los que te echo de menos y soy incapaz de sacarte de mi mente, un día de esos en los que no paro de preguntarme “¿Por qué?”.

Créeme, no pensar en ti es agotador, ir de un lado al otro, no parar, seguir adelante, reír, disfrutar, ver el lado positivo de todo esto, creer que todo va a salir bien, que algo extraordinario hay ahí afuera y que me está esperando, y lo mejor de todo es que tengo que creer que eso extraordinario que me está esperando no eres tú.

Pasarán los años, y nos cruzaremos por la calle, con suerte habré dejado el  rencor atrás y nos pararemos para hablar, iremos a hacer un café y  con una sonrisa en los labios y unos ojos brillantes me dirás que has encontrado a la chica perfecta y yo me reiré con sorna pensando “Qué ironía”. Nos despediremos con dos besos y tú me abrazarás como si el mundo se acabara mañana, dejándome así: vacía, una vez más.

Pero desde que creo en que el destino  no está escrito, que las personas cambian y que nosotros nos vamos haciendo a través de otras personas y de diferentes momentos que nos cambiaron la vida, tú y yo nos cruzaremos por la calle y te saludaré, iremos a hacer un café y con una sonrisa en los labios y unos ojos brillantes te diré que he encontrado a mi persona y que lo más seguro es que me case con él.

Él será ese chico que me querrá con flequillo, sin flequillo, con 5kg más  y con 5kg menos, alegre o triste, ése que me abrirá las piernas por la noche y por la mañana, que me acariciará a todas horas porque sabe la suerte que ha tenido que él y yo nos  hayamos cruzado en el camino, estará a las buenas y a las malas, no me veré obligada a decirle te quiero porqué me saldrá espontaneo y sin pensarlo.
Seguramente me sacará de quicio muchas veces y nos pelearemos cada dos por tres, pero… ¿Sabes qué? Él no hablará del amor en tercera persona, hablará de un NOSOTROS, un NOSOTROS en mayúsculas mientras me mira con los ojos brillantes de un enamorado adolescente, haciendo que jamás tenga miedo de que me deje, ni él tenga miedo de que le deje porque estaremos locos el uno por el otro  y sabré que él estará hecho para mi igual que él sabrá que yo estaré hecha para él por qué él me habrá hecho brillar más de lo que tu jamás  has sido ni habrías sido capaz de hacerme brillar.


Como he dicho antes, el destino no está escrito y tú y yo nos despediremos con dos besos y tú me abrazarás como si el mundo se acabara mañana, dándome cuenta así,  de lo lejos que ya estoy de lo que un día fui, dándote cuenta así, de lo lejos que ya estoy de ti. Dejándote así: vacío, una vez más.


V.

1 comentario:

  1. oh, no sabes cuanto me identifico cuando te leo.
    sí, soy de aquel tipo de "sé lo que es estar ahí."
    pero la verdad es que para cada uno funciona de diferente forma, los tiempos, el proceso, el "luto" como dirían.

    Algunos dicen que uno termina olvidando, pero en mi experiencia, uno nunca olvida, ni deja de querer... creo que simplemente el tiempo, el muuucho tiempo que transcurre, ya no lo hace primordial.
    Porque la vida sigue, la vida de uno personal continua... y lo que fue nuestro esta por ahi en algun lugar estatico, incambiable...
    Y somos nosotros los que cambiamos, quizas por eso podemos ser capaces de amar de nuevo, de encantarnos de nuevo, porque no dejamos de amar a la otra persona, si no que ese amor dejo de ser actual, intenso, presente.
    Y hace que priorizemos lo del presente.
    Y se sienta diferente, y quizas quien sabe, mucho mejor. Porque somos diferentes.

    Ese vacío, dejara de ser un vacío, y solo sera insipido, ausente. Casi... invicible. Pero nuestra memoria nos recordara que estuvo, y es algo que conservaremos siempre.

    Cuidate, saludos :)

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