jueves, 9 de diciembre de 2010

DOS DÍAS EN PARÍS

Siempre es igual: cortar, deprimirme, beber, tontear, conocer a un tío tras otro y follar para olvidar al verdadero amor de mi vida. Después, al cabo de unos meses de vacío total, volver a buscar el verdadero amor, buscar desesperadamente por todas partes, y al cabo de dos años de soledad, conocer un nuevo amor y jurar que será el definitivo hasta que también vuelva a perderlo.



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